martes, 20 de noviembre de 2012

Un permiso de residencia por una vivienda, por Ivan Bedia


Ayer saltaba a la palestra informativa la última propuesta del Gobierno: conceder el permiso de residencia a los extranjeros no comunitarios que compren una vivienda en España por más de 160.000 euros.

Es un globo sonda que se ha lanzado desde el ejecutivo nacional, no es aún una medida, pero podría serlo ya que se buscan soluciones para dar salida al stock de viviendas que existe actualmente en el país. Yo, Iván Bedia, desde mi puesto de Consultor Estratégico en San Juan Ingenieros en el que he tenido relación con el sector inmobiliario, estoy de acuerdo con la necesidad de hacer algo en este ámbito.

stock inmobiliarioParece ser que la medida va dirigida a ‘captar’ la atención de extranjeros interesados principalmente en las zonas de costeras, donde se encuentra el mayor índice de viviendas sin vender y que tengan un nivel adquisitivo alto.

No obstante, aunque exista un acuerdo unánime de que hay que dar salida a dicho stock de pisos, la propuesta tiene sus defensores y detractores. Incluso la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) alerta al Gobierno del peligro que puede suponer una medida de este calado sin definir muy bien los límites y condiciones.

Por otra parte, esta medida dinamizadora del mercado inmobiliario choca, y se torna cuanto menos contradictoria, con la eliminación de la desgravación fiscal por primera vivienda a los españoles. Esta medida fue suprimida ante la necesidad de ingresos por la recesión económica.  Así pues, mientras se premia a la población extranjera extracomunitaria por invertir en nuestro territorio, al ciudadano nacional se le suprime una ayuda o bonificación (la desgravación del 15%) para la adquisición de primera vivienda.

La situación es compleja ante un panorama en el que el paro aumenta, los recortes también llegan a las empresas que se ven obligadas ha despedir a trabajadores y/o reducir sueldos afectando esto al nivel adquisitivo de la población, en el mejor de  los casos.

Aún así, no exenta de polémica, bien estudiada es cierto que podría ser una solución para el mercado inmobiliario que lleva unos años atravesando una de sus peores épocas. 

Y tú, ¿qué opinas sobre esta medida? ¿Podría ser buena para dar salida a todas esas viviendas que actualmente no se venden?

Ivan Bedia

Sobre la mal llamada “generación perdida”, por Ivan Bedia

Algunas veces me pregunto qué hubiera hecho yo mismo ante esta situación económica si me hubiese dado en la cara justo después de finalizar mis estudios universitarios.

Pienso en esos jóvenes a los que la sociedad les prometió un éxito seguro si seguían el orden preestablecido. Estudiar, hacer prácticas y conseguir un contrato indefinido. “Es muy posible que acabes triunfando, chico”, repetían las voces.

Aunque la papeleta de la crisis nos ha tocado a todos en mayor o menos medida, pienso en esas personas pertenecientes a la mal llamada “generación perdida”. Este excelente vídeo resume un poco estas esperanzas que supuestamente se marcharon por la puerta de atrás con la llegada de la crisis:



Siento estar en desacuerdo con esta pesadumbre, con esa sensación de desesperanza y quietud ante el remolino que viene encima. La emigración como ¿única salida? Existe un problema en el sistema educacional que enseñó a esa generación (y, lamentablemente, continúa con las actuales) a ser perfectos empleados.

No existe una predisposición al autoempleo - que precisamente es lo que nos sacará de este atolladero. Aunque no todo el mundo es válido para sacar adelante un negocio, los Gobiernos deberían enseñar y fomentar el emprendimiento como vía para impulsar el crecimiento.

No sólo supone una gran pérdida para los que se van el abandonar su país por “obligación”. También es una desventaja para España que los mejores estudiantes se marchen. Precisamente aquellos en los que invertimos millones de euros en formar y que otros países como Alemania o Inglaterra reclutan “a precio de saldo”.

Este artículo está dedicado a vosotros, a todos aquellos jóvenes que se dieron de bruces con la realidad justo cuando empezaba su futuro laboral. No abandonéis, no ceséis en vuestro empeño de prosperar, de luchar por conseguir lo que os prometieron, ese éxito acompañado de casa, mujer, hijos, coche y un perro que representa la felicidad.

Si no hay trabajo para vosotros, cread el vuestro propio y, lo más importante, no dejéis que nada ni nadie os robe vuestros sueños.

Ivan Bedia