viernes, 9 de noviembre de 2012

Ivan Bedia: 4 típicos errores que hacen perder tiempo y dinero a los jóvenes emprendedores

tiempo es dinero
Aunque aprenderás de tus errores más de que cualquier acierto, cometer el mínimo de equivocaciones te dará una ventaja fundamental en el mercado en el que te muevas. Especialmente, si se trata de una etapa inestable como el comienzo de una empresa.

A lo largo de mi carrera profesional y, sobre todo, gracias a haberme especializado en consultoría estratégica, he podido observar constantes en cuanto a equivocaciones en los jóvenes emprendedores.

En este artículo escrito por Scott Annan para la revista BusinessInsider he podido encontrar algunos de los más comunes. Toda una ayuda para esquivar esos clásicos errores de “primerizos” que te harán perder tiempo y dinero. 

Error 1: Gastar demasiado tiempo desarrollando tu producto pero no el suficiente para venderlo.

La primera idea que un emprendedor lleva a cabo suele estar muy pensada. Gastas mucho tiempo para desarrollar el producto o servicio pero… ¿qué pasa con la venta? En ocasiones, este punto tan importante para obtener beneficios no es tratado con tanto mimo como el anterior. Pensar demasiado en el prototipo y en deliberar acerca de las patentes son errores comunes que deberías evitar. Es probable que provengas de la Universidad, un entorno donde se tiende a fomentar más el proceso “teórico” que el práctico.
Por eso no tengas miedo de poner lo mejor de tu producto frente de tu cliente e intentar vendérselo. Recuerda que si no consigues ventas, no tendrás negocio.   
Adapta lo que vas a vender a tu cliente potencial. Si pasas demasiado intentando perfeccionar al máximo tu producto antes de obtener el ansiado “feedback”, habrás perdido un tiempo precioso para ver la reacción de tu cliente ante el mismo.

Error 2: Asustarse de que alguien pueda robar tu idea.


Son demasiados los que se dejan llevar por el miedo. Que nunca te asuste probar tu producto antes de que esté listo. Mientras los pesimistas te dirán que no funcionará, los que lo adoren te darán un útil feedback.
Crear una empresa es un trabajo duro y poca gente piensa en robar una idea. Sobre todo sin saber si quiera si será rentable o no. Si necesitas encontrar a un desarrollador, solicitar una patente e incorpórala, vender tu producto a tus clientes, y hacer las otras muchas cosas que necesita una compañía para llevarse a cabo, tus “copiadores” también podrán robarte en esos momentos. Ideas hay en todas partes pero no todo el mundo sabe cómo ejecutarlas.